miércoles, 2 de enero de 2013

-

Me superas hasta que ya no puedo más. Me haces reír hasta acabar llorando. Me haces querer hasta que indudablemente te odie. Me haces ser y dejar de ser, me haces luchar hasta que me doy por vencida. Me haces dudar tanto que incluso acabo convenciéndome de una idea totalmente opuesta a la primera. Me haces sonreír, hasta tener que ponerme seria. Me haces ser tan diferente hasta que al final todo me resulta indiferente. Me haces una vida complicada hasta que ahora mismo ya es todo muy sencillo. Me haces tener que pensar menos, hasta que al final solo acabo concluyendo mil reflexiones en las que repentinamente me pierdo. Me haces amar lo que es difícil de querer, me haces admirar lo que a primera vista es realmente poco importante. Me haces pasar por desapercibida, incluso me haces parecer otra cualquiera al sentirme pequeña. Pero me haces cada día creer, me haces creer cada puto día en que mañana, fuera de conclusiones y diferentes determinaciones, todo será diferente. No digo mejor, solo de otra forma. Así me haces soñar, tocar un piano con la mente e inventar las palabras robándole al  aire cada suspiro para quitar el aliento pronto de algún otro que ande atento a la mirada intrépida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario