lunes, 30 de marzo de 2015

Ve y mira.


- Querido-

Sal a fuera, ahí abajo;
por los escombros.
Escombros sombríos de un corazón
que a cuestas persiguió una razón.
Ahí reside el miedo,  los  daños.
ahí abrirás, con magia,  tu caparazón.

Sal a fuera , ahí arriba , por lo azul.
Que tus alas  dejen destellos
y salgan de aquel pequeño baúl
de sueños rotos y ciegos,
de amores que matan o mueren,
de promesas que caen con los años.

Sal a fuera, mira el horizonte.
Mira como brilla la luz del sol,
mira como abres paso al andar,
mira como es el mar,
azul y brillante,
y que en sus pupilas
 también está.

Mira, Mírate a ti.
Mira dentro, mira cerca y lejos,
todo a la vez.
Mira qué es lo que hay,
mira qué es lo que es.

Entonces verás y dejarás de mirar,
que no es oro todo lo que reluce,
pero que sí lo eres tú,
tú y todo tu interior,
tú y todo tu exterior,
tú, y el despertar de tu sonrisa.

Porque no hay tregua sin guerra,
no hay pasión sin error,
ni amor sin desamor,
ni cielo sin tierra,
ni un nosotros sin los dos,
ni un contigo sin ti.









viernes, 20 de marzo de 2015

Una anorexia social.

Hace tiempo que llevo pensando en que debo escribir sobre la huella que nos marca la razón en muchos de nuestros pensamientos. Esta huella es aquella realidad que nos deforma , o por otro lado, nos puede engrandecer , día a día, dependiendo de nuestra actitud. En esto, desde la reflexión más común intentaré explicar lo que lejos de ser una gran crítica no deja de ser pretenciosa.

Parece frecuente el hallazgo de la belleza en aquello que se ve a simple vista, y no puedo menospreciar las primeras impresiones pues, en muchas ocasiones, me llevaron a mantener buenas relacionas con algunas personas. No obstante, es triste que nuestra sociedad esté marcada casi de forma absoluta por estos cánones que se han transformado en una tabla de valores que rigen bastantes de nuestros comportamientos. Aunque esto tampoco parece muy preocupante pues como resulta obvio, las personas somos un "yo y mis circunstancias".

En realidad, lo que me preocupa es la transcendencia de estos cánones a nuestra razón. Es decir, lo peligroso que es que estas "aspiraciones" lleguen a marcar nuestro camino de manera parcial y no nos dejen despegar un suelo que nos condiciona. En este sentido, cuántos son los casos que conocemos que han sufrido de manera física, psicológica o ambas, esta confusión de la realidad rodeada por espejos, focos y personajes.

Me parece algo que es importante decir porque parece que nuestro apego por las modas, gustos, estéticas y orden de prioridades de manera repentina e inconsciente, supone un bloqueo de nuestra personalidad y  a veces, lleva al caos en nuestro interior. No sólo puede llevar a problemas perceptibles como la anorexia o la bulimia,  sino que también puede invadirnos tanto que nos sumerge en una (gran) parte de la sociedad caracterizada por su pesimismo. Y esto no es tontería si tenemos en cuenta que el suicidio es la primera causa de muerte entre los hombres de 25 a 34 años en España, debido en general a que estos no encuentran su sitio en una realidad entre otras también aplastada peligrosamente por un mercado laboral derruido.

Si hacemos un análisis social podemos predecir que Occidente se encuentra en una etapa crítica desde el punto de vista "humano", pues está cada vez más ahogada por un consumismo que actúa como un cáncer.
Es cierto que podemos decir que vivimos mejor que antes pero creo que no podemos afirmar que nos encontramos en la "mejor" época de la historia, pues, entre otras cosas, ahora estamos realmente acostumbrados a ver violencia en cualquier medio de comunicación o lugar en la sociedad en el que nos encontremos. Es decir, parece que estamos  en una sociedad (mínimamente) frívola.

Creo que necesitaría muchas más palabras, ideas y frases para poder llegar a establecer una verdadera relación entre consumismo - crisis de valores/económica - salud social. Ello no obstante no me priva de denunciar al menos brevemente la situación  que empuja a las personas, especialmente a los jóvenes, a actuar de una manera que cuando es abusiva resulta ser un castigo a nuestra naturaleza humana.

 Nuestra vida no debería estar marcada por flechas sin dirección, o manchada por colores tan negros como el prejuicio, o los tópicos cobardes que no nos dejan respirar con tranquilidad. No podemos perder un gramo de nuestra humanidad en etiquetas que llevan a la amargura de algunas personas, al desconsuelo del valiente, al odio en vez del amor, o a la competitividad y envidia entre unos y otros.

Sabiendo pues que esta opinión no es ni mucho menos novedosa, ni si quiera buena, la crítica al sistema es solo un punto a favor del mismo. Es, a fin de cuentas, un intento por mejorar y conseguir que todos pensemos un poco más el por qué de esta tristeza general que en muchas ocasiones, viene dada por la enfermedad del consumismo y por la falta de amor, generosidad y humanidad que existe en un mundo rodeado por unos marcos flacos y bizcos que nos llevan a la gran ceguera atropelladora  contra nosotros mismos.










lunes, 9 de marzo de 2015

Como el mar.


Yo también tenía miedo
 a esa interna lucha,
y por eso me alejaba,
 de la coraza tan estrecha
 que estaba cosida por la invisible
y  gran brecha.

Aquella que en tu intento por cavar
o excavar nuevos caminos,
te alejaba de tu habitual andar
y te llenaba de motivos
para seguir y dar.

Y, otra vez aquí acecha.
Esa nube gris que Cupido
 vuelve y  aprovecha,
para desde arriba lanzar
esa blanca y pequeña flecha.

Esa que nunca duele
y que es como el azúcar,
como el mar que es dulce
(y a veces salado lugar)
Como el amor que nace,
y a veces crece.

Tan natural como el gesto de una mano
diciendo
-ven-
o unos brazos que se abren de nuevo,
y dicen
- ten- ...     (Ven-te)