domingo, 5 de octubre de 2014

Happiness



Pasaron los años y me hablaron de ti como un individuo que se encontró al ver que lo perdía todo. Y cuando lo perdiste todo pudiste ver como el amor , los amigos, la familia, y no el dinero ni las cosas, te podían dar felicidad. Como el arte, como los colores se mezclaban en el aire para poder darte un respiro de felicidad. Los gramos de literatura escrita en los cajones de recuerdos, las cartas que mandaste cuando podías considerarte un ser feliz, el recuerdo de diarios vivos que hablaban en cada página sobre aquella vida que dejaste de vivir al perderte en el camino de los ignorantes. Quisiste vivir de valores inventados, de amores dañinos, del uso de personas, del amor de las cosas. La naturaleza de este mundo tuvo un gran punto de inflexión y se retorció en tu vida , y te dio la vida que quisiste. Pero jamás supiste qué era eso del amor.

Y por ello un día el destino te cruzó cara a cara con alguien que te consiguió abrir los ojos. Viste que no lo era todo eso que tenías, que mas bien, tenías poco. Tu corazón se construyó en la base de alguien que te quiso , y que sabes que llenó cada punto en ti vacío.
Lo cierto es que nunca jamás te dejó escapar, y los lunes empezaron a ser más azules, los domingos jamás volvieron a tocar el color grisáceo de una tarde, y se convirtieron en domingos con color a café. Las nubes empezaron a recobrar vida, y las siluetas hablaban.  El piano era más que esa melodía confusa, era también arte. El amor que ella pudo darte fue tan grande que te sentiste querido. Jamás pudiste volver a tocar una vida que no fuera propiamente una vida. Te convertiste en alguien fuerte, capaz de afrontar todo. Fuiste aquél ser que amó aún mas de lo que alguna vez pensó y te encontraste.

Creo que ahora es algo más feliz,
jamás buscada esa felicidad,
simplemente encontrada.









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