domingo, 2 de diciembre de 2012

Start.

Si mañana no hubiera recuerdo, si mañana las cosas acabaran, si mañana fuera el día en el que dos personas se tendrían que separar; todos nos iríamos de aquí. Si fuera mañana el motivo por el cual decir que no, si fuera tu mañana el día en el que las cosas tendrían que terminar, o si simplemente fuera mañana el momento en el que, preciso en si, tuviéramos que dejarlo todo; nada de esto tendría sentido. Porque imaginaste que por un segundo el mundo iba a parar, pues  simplemente trata de crear el recuerdo ahora y céntralo en el presente. Si mezclamos cada simple segundo aquí las cosas no seguirían adelante, en realidad no convergerían a nada más. Pues cada cosa logra poseer su sentido, y cada sentido con su latido, empieza a desbocar cada una de las emociones que poco a poco consiguen sosegarnos. Y no escucho lo que dicen porque lo que dicen es solo lo que ellos quieren que vea. Porque un milagro surge con cuidado y porque al fin y al cabo los milagros suceden cuando comienzas a creer en ellos. Todo eso que ves y y todo el aire que respiras es parte de este segundo eterno e instante de felicidad que se extiende a través del simple suspiro. Un ayer que en su día fue algo precioso y tan tranquilo, es hoy un recuerdo que escribe la historia. Porque cada página una vez leída se convierte en el pasado de la siguiente, y la siguiente da paso a una próxima, y porque cada página anterior y cada punto fueron y son parte de la historia. Y no me doy por vencida porque no me rindo, porque no me entiendo aunque escriba estas frases que te hacen sonreír. Al ver las miradas cruzadas, al ver cada sonrisa instantánea o el color de sus zapatos. Al comprobar que aún cada recuerdo sigue vivo me doy cuenta de que no había momento más oportuno para dejar que el tiempo dejara paso a otro encuentro. Empieza cierta conversación y es como que hacía mil años que no volvía a encontrarte. Y es simplemente la historia de una niña que corría por la vida en busca de la felicidad. Cada vez que se detiene ve como la luna ilumina el cielo y como el cielo envuelve. Y que cada pregunta que una vez se hizo está descubriéndose en su pequeño y tan fuerte corazón. Así siguió, por la vida, y  cada noche aún consigue deshacerse de sus problemas para encontrar de nuevo la mano de un algo que consigue superar cada limite. Algo así llamado amor, que surge con cuidado, proclamándose al infinito, a un nunca, desentendiéndose  del tiempo. Consiguió atrapar al vuelo la purpurina que sus pupilas desprendían cada vez que la miraba con ternura.

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