jueves, 11 de septiembre de 2014

Luz

Yo era tu luz y tu eras un brote de vida en un asfalto inerte. Yo era calma y tu eras la llama que necesitaba para que mi corazón despertara. Oscuridad y claridad intercambiaron los lugares y pudimos ver como el feo color de la tristeza salía corriendo, muy rápido. Parecía que tenia miedo. Y es que lo bueno siempre pesa más. Me llamabas luz. Me acuerdo cuando yo era luz. Tu luz. Podía atravesar límites, como el espacio y el tiempo, para llegar a ti y destrozar metros de muro que no dejaban entrever tu sonrisa. Fue tan fácil que aún lo siento, tan rápido que aún lo veo. -Esa luz inicial es la que aún nos sustenta- recorría  túneles de grises oscuros que no dejaban entrever el final hasta que fácilmente vi lo que se escondía detrás de un gran caparazón. Sonrio, porque se que era asíeras todo. Eras esa mano fuerte, esa sonrisa sincera, eras lealtad. Tu eras fuerza, sana vergüenza que me abrazaba. Te convertiste en mi hogar , en un cobijo fijo.

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