sábado, 6 de abril de 2013

La importancia de la gente.

Es así, no dejarse estropearse, ni marchitarse, ni fugarse por miedo. Correr rápido o andar despacio, cada uno a su ritmo, pero no nos hallemos en caminos inhóspitos; porque no habrá nadie para ayudarnos. No nos declinemos por la expectación, no nos dejemos llevar por prejuicios falsos y sospechosos , ni por miradas provistas y listas para una ilusión artificial. E indagemos  en corazones, miremos a tropezones grandes porciones de amor. Que es que el ser humano está hecho de un cuero más blando, y  se encuentra cómodamente  retenido en la condición de ser libre. Pues somos esclavos de la libertad, prisioneros de la sonrisa, y estamos muertos de amor. Somos en cierto modo, insuficientes si funcionamos por nosotros mismos. Sin embargo también somos dignos, y podemos ser más dignos, no en cuanto al valor de lo que nosotros mismos somos, sino en cuanto al valor de lo que nosotros mismos podemos llegar a ser. Es así la forma con la que, ajetreadamente, somos. Porque somos dignos de ser, y dignos de ver. Somos en todo regla la creación más próspera y poco efímera que existe. Porque somos la gente;  para la sociedad su talante y  para el valiente un miedo asfixiante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario