Sí. Perdí la paciencia. Bueno mejor dicho le culpo al corazón. Lo que sí es verdad es que no todo el mundo sabe apreciarte. Oh no; no todos saben querer, aunque todos quieren saber querer. Pero si algo he aprendido es que el que sabe querer, simplemente quiere sin querer. No hay una respuesta lógica ni acertada, ni la ciencia puede explicar con reacciones químicas por qué cuando ríes se provoca una curvatura en los labios. No podrán explicar porqué lloramos agua con sabor salado, por qué simplemente los ojos son espejo del alma y por qué con los ojos vemos. No sé, no sabrán nada esos que solo se explican y no se conforman con nada.
Mira quisiera explicarte una cosa . No creas que por hacer lo que haces , haces todo lo que quieres. Ni quieres lo que tienes ni tienes lo que tienes. No intentas buscarme que no me encontrarás, que a mi solo me pueden unos varios, solo esos que en el amor son sabios. Una montaña y un mar cruzaría para verte sonreír alguna vez. Dónde dejas tu corazón, todas tus corazas, el cielo y cada una de las estrellas que nunca supiste ver porque pensabas que eran muy dificiles de alcanzar.
Yo alcancé hace tiempo el corazón de un pequeño gran niño. A veces pienso que por qué acabaron las cosas, pero la mayoria de las veces prefiero pensar qué hubiera hecho el sin mi muchas veces. No me da miedo adentrarme en el corazón de algún otro; no tengo miedo de que me hagan daño porque el daño dejará de hacerte niño. A todo esto no quiero callar mis sentimientos y ahora sé que con el amor podemos mover las cosas a otro lugar. He aprendido a ver más allá de un punto medio, de un extremo. Hay sitios que no son delimitables pero tampoco son cuestionables. Lo seguiré intentando y si tengo que levantarme me levantaré yo sola. Siempre hay tregua, batalla sin tralla, fuerza en el corazón y no en los brazos. Una subida y no una bajada, un momento malo por cada mil buenos. Si me rompen que me rompan. A esos que un dia nos fallen, que les follen. Porque solo hay que seguir caminando de la mano de alguien que te sepa apreciar, valorar con todo y en cuánto a amor no se relacione, solo por el hecho de ser.
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